Centro de Estudios Wilhelm Reich

CENTRO DE ESTUDIOS WILHELM REICH. Buenos Aires. Argentina

viernes, 13 de diciembre de 2013

LOWEN Y PIERRAKOS



En 1953, Lowen  conoce a otro colega, también seguidor de Reich; se trata de John C. Pierrakos, con el que pronto establece una buena amistad. A los dos se unió en poco tiempo otro terapeuta, William Walling, que procedía también de la escuela fundada por Reich. Los tres, sin embargo, ya no se encontraban por entonces conectados con la organización creada por Reich.
El resultado de la asociación con Pierrakos fue un programa de seminarios clínicos, en los cuales no sólo se trabajaba de forma personal con los pacientes, sino que también enseñaban a otros terapeutas las bases en las cuales se apoyaba el enfoque corporal.
La muerte en prisión de Reich, en 1957, convenció a Lowen de que el hombre no puede salvarse a sí mismo. Pero este concepto de la salvación era algo que todavía se le escapaba, porque si bien en su caso había concluido con todo éxito la terapia reichiana, sabía que aún tenía muchas tensiones en su cuerpo que le impedían conseguir el estado de libertad y alegría que deseaba.
Convencido de que el enfoque tenía que ser corporal, decidió ponerse a trabajar con John Pierrakos. Así fue cómo nació la idea de la Bioenergética, con el trabajo sobre el cuerpo que ambos terapeutas emprendieron. La asociación con Pierrakos duró algunos años y a lo largo de ellos Lowen realizó un tipo de terapia muy distinta a la que había llevado a cabo con Reich. Dirigía en gran parte el trabajo corporal, concentrándose sobre todo en la liberación de las tensiones musculares más que en la esfera de la sexualidad.
El trabajo corporal que empezó a desarrollar consistía en una serie de posturas y ejerciciosque todavía se practican hoy en bioenergética. Trabajaba con las piernas y con posturas erguidas, en lugar de horizontales, como prefería Reich. Estiraba los miembros y preconizaba una serie de ejercicios con objeto de movilizar la energía corporal
Como sucedió con Reich, Lowen terminó separándose de Pierrakos, que creó su propia escuela terapéutica a la que denominó «Corenergética». Durante la década de los ochenta, y a pesar de su avanzada edad, Alexander Lowen siguió trabajando en su escuela, convencido del principio que había mantenido desde que inició su terapia bioenergética: la vida del individuo es la vida de su cuerpo,

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